Recordamos ese día como si fuera ayer, estábamos inquietas, ansiosas de que llegara la hora de empezar a contar de nuevo una historia, a nuestra manera.
Llevábamos meses planeando este día, ellos confiaban en nosotras, querían un reportaje natural, original, espontáneo y divertido, no nos resultó difícil, supimos exactamente lo que querían al instante, de estas veces en las que no hace falta apenas intercambiar palabra.
Nos despertamos antes de que la alarma emitiera ese sonido que muchos odiamos, pero que a veces estamos deseando que suene, sobretodo cuando llevamos tiempo esperando a que llegue un día especial, y éste lo era. Revisamos que tuviéramos todo lo que necesitábamos para dar comienzo a un bonito día de primavera.
Nos dirigimos a la Masia de San Antonio en Benifaió, allí estaría esperándonos Natalia, la novia, que nos recibió con esa alegría juvenil que tanto la caracteriza. Aún quedaban unas cuantas horas para que empezara todo, pero la emoción ya se palpaba en el ambiente, esa mezcla de sentimientos que solo ellas y ellos pueden explicar.
Empezamos con los preparativos en el interior de la Masía, una vivienda de estilo mediterráneo que cuenta con una torre de tres plantas, donde las vistas no pueden ser mas impresionantes. Desde allí podremos disfrutar del entorno sin edificios vecinos al estar todo rodeados de tierras de cultivo.
Mientras ella se preparaba, llegó Raúl, el novio, impaciente por ver a la novia, y es que sabía que se acercaba el momento de verse por primera vez antes del si quiero.
Desde el equipo de Estudio Tandem, les propusimos hacer un First Look, así que unos minutos antes de que se llevara a cabo el enlace, reunimos a los novios en un lugar apartado, para que se vieran antes que nadie. Un momento muy especial y muy íntimo, ya que ésta sería su última cita como novios.
Y de pronto se hizo la hora, el sol ya se empezaba a esconder entre las montañas, los invitados ya habían cogido su mejor sitio para disfrutar de la ceremonia, solo faltaban ellos, los protagonistas de esta historia, Raúl acompañado de su madre, y Natalia de su padre, los dos llegaron al lugar con unos ojos brillantes que nos transmitían esa emoción que sentían, a la vez que inquietud, y es que en pocos minutos, su vida iba a cambiar para siempre.
Gracias a todos por actuar con total naturalidad ante el equipo de Estudio Tandem, gracias por no usar vuestros teléfonos móviles tal y como os dijimos, sabemos que no es nada fácil ;).
Gracias de corazón, sin vosotros no habría sido posible.